martes, 17 de junio de 2014

Emilse Benitez: rock, cuero y tortas fritas

Emilse Benítez está vestida de riguroso negro, su uniforme diario: calzas, remerón y plataformas. Sus ojeras evidencian un cansancio acumulado, seguramente por el trajín que significa ser madre de dos y diseñadora independiente. Sentada en una banqueta en su taller – que también es su casa -, Emilse le ordena a un gato tuerto (también negro) que no moleste. Acomoda la pava del mate, se pasa su mano tatuada por el pequeño mechón de canas y dice: “No me gusta que me reconozcan como la diseñadora fetichista”. 

Su primer desfile en la Semana de la Moda argentina de 2013, Bafweek, la puso en boca de todos. Nunca antes se había visto en pasarela una colección tan atrevida y descarada. Mientras los modelos lucían diminutos diseños de cuero adornados con tachas y cadenas que dejaban glúteos y tetas al desnudo, se escuchaban los cuchicheos horrorizados de las señoras bien de la primera fila. “Después de presentar esa colección, un periodista me preguntó si era consciente de lo que había hecho. En ese momento pensé: ‘tengo una sola oportunidad para que la gente me conozca. El que no arriesga, no gana’ “. 

Antes de dedicarse por completo a su carrera de diseñadora independiente, Emilse Benitez hizo de todo: desde cortinas para el edificio del Poder Judicial hasta chancletas que se vendían en el barrio de Once. En 2012 comenzó a trabajar en conjunto con su colega Agustina Troyer, juntas formaron una dupla creativa que hasta hoy viste a los Babasónicos en sus shows más importantes. Allí fue que resucitó su idea de querer tener una marca propia. “Es lo que todo diseñador quiere: hacer lo que se te cante”.

Pero volver al ruedo no le resultó fácil: “Después de tantos años de trabajar para otros, el miedo era diseñar para mí, quedar expuesta y que salga todo con mi nombre. Y también estaba el tema económico. Tenía unos ahorros que había juntado gracias a las cortinas del Poder Judicial, y con eso me mandé”. La charla se interrumpe abruptamente porque Isabel, su hija de cuatro años, entra corriendo y le ruega a los gritos que le prenda ‘la pompu’. Emilse intenta seguir con la entrevista, pero termina haciéndole caso. “Interrumpí la carrera de diseño en la UBA porque quedé embarazada. Me recibí hace poco. Mis hijos ya están acostumbrados al caos del taller”, explica luego de pedirle a Isabel que no grite tanto, que mamá está trabajando.

El mate ya está frío, pero a Emilse no le importa. Su madre entra a la habitación y acerca un plato con tortas fritas recién hechas. A esta diseñadora amante del cuero y con un marcado estilo neo-sado le gusta comer tortas fritas en los días lluviosos como este. Si bien sabe que su clientela es muy reducida en un país tan tradicional a la hora de vestirse como Argentina, Emilse no puede hacer otra cosa que escuchar a su voz interna, esa que le dice que el cuero y las tachas son los materiales ideales para crear. “Me gusta el cuero por el cuerpo que tiene, porque logro hacer piezas que se encastran entre sí. Siempre digo que yo no diseño ropa, sino objetos”. 

La tarde se convirtió en noche y el ruido del tren que pasa justo al lado de su casa-taller hace que Emilse tenga que elevar la voz para describir cómo es el proceso creativo que sigue. “Tengo fotos seleccionadas de objetos, accesorios, estilismos. Siempre las miro para inspirarme. Mis creaciones son siempre monocromáticas, amo el negro. Y ni bien termino de hacer una colección, ya sé de qué se va a tratar la siguiente”.

Versus se llama su última colección que presentó en Designers Look BA y estuvo inspirada en las reglas que establece la sociedad. Benitez se centró en ese tire y afloje interno que sentimos al acatar normas con las que no siempre estamos de acuerdo. Las faldas, vestidos, calzas y tops se presentaron en negro, rojo y blanco. Las transparencias y el cuero están a la orden del día. Si bien a simple vista pareciera que los diseños de Emilse están pensados exclusivamente para ser usados por rockeros y performers, la realidad es que muchas de sus prendas se pueden sacar del contexto que ella propone y bajarlas a tierra con un poco de imaginación.

Su hija Isabel vuelve a interrumpir la charla. Quizás ya sea tiempo de que la Emilse diseñadora quede a un lado para darle lugar a la Emilse mamá. “Estoy aburrida”, le dice Isa con cara de enojada. “Ya termino, andá a jugar con tu hermano un rato. Y llevate al gato”, le ordena. Emilse trata de ordenar la mesa de trabajo – repleta de tijeras, frascos de pegamento, moldes, retazos de cuero, tachas y cadenas – y me doy cuenta que es hora de irse. Por la cocina, el olor de la cena casera hecha por su madre invade la habitación.


Fotos: Martina Keenan
Campaña Versus de Benitez Emilse









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