lunes, 29 de julio de 2013

¿Para quién nos vestimos las mujeres?

Cuando todas las mañanas elegimos lo que usaremos a lo largo del día, ¿tenemos a alguien en mente, alguien a quien queramos impresionar o, al menos, gustar? Yo diría que sí. Se me complica especificar a quién queremos gustar, probablemente a la mayoría de las personas, pero no sé si a alguien en particular.

La ropa es como un escudo que proyecta una imagen de nosotras. A veces esa imagen dice "chica cool, relajada", otras "joven profesional capacitada" y también puede gritar "hoy quiero guerra". Dependiendo del día, de nuestras actividades, elegiremos el escudo que mejor se adapte a la situación.  

Obviamente, no soy la primera que se cuestiona sobre este punto: todas las preguntas ya están hechas, hasta las más tontas. Investigando en la web encontré un artículo en el que se agrupaban las opiniones de entendidos de la moda sobre esta inquietud.

Carine Roitfeld aseguró que ella se vestía para ella ("Cuando te sentís bien con vos misma, te sentís bien con todos"). El fotógrafo Nigel Barker estuvo de acuerdo con la visión de la editora de Vogue Francia, pero Agatha Ruiz de la Prada dijo que en España, las mujeres se visten para los hombres. La diseñadora cubana Isabel Toledo, por su parte, expresó que ella se viste para sí misma, pero que también busca la reacción de su marido, más no su aprobación. La única que considera que las mujeres se visten para otras mujeres es Anne Hathaway, que aseguró que nos vestimos para gustar a nuestras amigas fashionistas

Si esa pregunta me la hubiesen hecho a mí, de repente, sin tiempo para meditar, hubiese contestado que me visto para mí. Es la típica respuesta de una mujer independiente y autosuficiente. Pero si lo pienso, es mentira. Y no tanto. Las incoherencias son parte fundamental de la coherencia de una persona. 

Cuando trabajo desde casa y sé que estoy protegida de las miradas ajenas, elijo mi ropa de entrecasa. Todas tenemos uno: el mío consta de zapatillas de correr, pantalón holgado de gimnasia y un sweater rosa tejido por mi madre. Estéticamente es un horror, pero como cuento con el poder de la invisibilidad, me siento cómoda. Así que no, no me visto para mí. O al menos no exclusivamente. Si así fuese, estaría de tacos y vestido vaporoso haciéndome mates en mi casa. 

Supongo que diferentes mujeres se visten para diferentes personas. Estará aquella que quiere volver locos a los hombres y se ajusta de pies a cabeza, también estará la que se tira todas las tendencias juntas para que las 'entendidas' le presten atención y seguramente exista la mujer que se viste sólo y exclusivamente para sí misma. 

Yo no sé para quién me visto, o mejor dicho, estoy convencida que no siempre es para una misma persona. Si salgo a cenar con mi novio, me vestiré para él. Si voy a trabajar o a una reunión laboral, me vestiré para proyectar una imagen profesional. Si voy a un desfile de algún diseñador, me vestiré para todas esas personas que sé estarán allí, mirando. 

Lo importante, creo, es poder ver reflejada en la otra persona la imagen que intentamos proyectar. Y que te sientas cómoda, claro. 

¿Qué ves cuando me ves?














 

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